domingo, julio 08, 2007

DOS

En octubre había terminado mi último trabajo, se me estaba acabando el dinero y ya se me estaba haciendo difícil juntar fuerzas para conseguir otro que me hiciera mover el culo con entusiasmo.

Mi ex mujer no paraba de llamarme y pedirme dinero para el alimento de Zulema, nuestra perra, que estaba harta de arroz con Dogui comprado en lo de unos chinos mafiosos que le compraban a piratas del asfalto, los mismos que una vez me vendieron un televisor que nunca anduvo y un poco de merca que era sal de anfetas cortada con aspirinas. Un verdadero desastre.

Llamaba y llamaba, que gran invento los identificadores de llamadas. Yo no paraba de fumar marihuana barata que le canjeaba al turco por cd’s con videos de gang bang y zoofilia que bajaba de Internet y pensaba si tenía ganas de oír el mismo discurso de siempre, primero la perra y luego la misma factura que se repetía sistemáticamente con cada llamado: su total ausencia de orgasmos mientras mantuvimos en la cuerda floja la relación, o sea, desde el principio de la misma.

Un poco de Morphine viene bien en este momento pensé y terminé poniendo Pearl Jam.



Uno no siempre hace lo que piensa, es más, uno es una permanente contradicción y la mayoría de las veces termina haciendo lo contrario a lo que desea.

Como la vez que nos íbamos a ir de putas con Claustro y ET luego del concierto de Megadeth y caímos en cana porque ET no podía mantenerse parado de tantas pastillas que se había metido en el estómago, de ahí al hospital, con convulsiones y toda esa mierda y mientras esperábamos a ver si se moría o podíamos seguir de carrete Claustro se levantó a una paraguaya que se encontraba en la guardia con mucha fiebre y se perdieron dentro del hospital, yo me fui a beber unas cervezas al bar de enfrente mientras los esperaba, en eso me picó una abeja y se me hinchó toda la cara, no podía respirar, le hacía señas al mozo y no me daba pelota hasta que al fin se dignó a venir y me dice que me vaya que no quiere líos con drogaditos, yo no le podía responder, estaba morado y a punto de desmayarme, en un momento se da cuenta que no estaba pasado de drogas y le hace señas a un viejo para que lo ayude a llevarme a la guardia del hospital de enfrente, me llevan y me internan de urgencia, me llenan de inyecciones, suero, oxígeno y me dejan ahí, en una de esas cae un médico y me dice que soy alérgico a las abejas que si lo sabía que si esto me hubiese pasado en el campo me podía morir y yo aha…aha…Que si tenía a algún familiar para llamar, obra social y yo le contaba lo que había pasado y porqué estábamos ahí.

Al cabo de no se cuanto tiempo aparecen Claustro ET y la paraguaya al cuarto donde yo me encontraba, todavía con suero pero ya sin el oxígeno, ET me decía que ya estaba bien, que le hicieron un lavaje de estómago y que nos teníamos que ir porque se había afanado cuatro cajas de Tamilán y un estetoscopio, que no sea maricón, que me veía bárbaro, que me saque esa cosa que tenía incrustada en una vena de mi muñeca y nos rajemos de ahí antes de que caiga la cana. Para esto Claustro no paraba de franelearse a la paraguaya mientras me preguntaba si eso que me estaban metiendo en la sangre pegaba.

ET me sacó de un tirón la aguja, yo me levanté, me sentía muy débil y me dolía todo el cuerpo, Claustro agarró el suero y se lo metió en la mochila, también se afanó las lamparitas del baño una radio portátil y las pantuflas de un tipo que se encontraba dormido en la cama de al lado y nos fuimos. En el pasillo nos cruzamos con una enfermera muy fea y gorda que miró con una leve sonrisa cómplice a ET.

ET era famoso por su pija, era una pija con un cuerpo solo para poder sostenerla y parece que la enfermera se entusiasmó al ver tanta carne concentrada ahí abajo que lo estuvo peteando un buen rato, obviamente, el le sacó data sobre las pastas, ahí es donde se las robó con la complicidad de ella previa promesa de pasar a buscarla al día siguiente para ir a tomar algo.

Viste, me decía, nos íbamos a ir de putas y al final no la pasamos tan mal. Andá a la concha de tu madre le dije mientras salíamos, encendí un cigarrillo, tosí un buen rato a la primera pitada y pensé que aún faltaba mucho para que finalice el día.




No hay comentarios.: